Hoy os traigo un libro de uno de mis autores favoritos, un clásico de la literatura de terror y el gran maestro del género gótico, Edgar Allan Poe. Se trata de una recopilación de algunos de los mejores cuentos del autor que inspiró la obra de genios como Lovecraft o Julio Verne. Casi nadie. El libro ha sido publicado por la editorial Vicens Vives que, como sabéis, es una firma muy enfocada al aspecto educativo. Por eso, los títulos que publica, suelen tener comentarios aclaratorios y ejercicios finales, obviamente destinados a un público escolar. Esto puede echar para atrás a alguno, a priori, pero ya os adelanto que no supone ningún problema para la lectura, ni desluce el libro en absoluto.




Me encanta la literatura clásica, es algo que a veces me cuesta más de un acalorado debate, y es cierto que hoy en día un cuento de terror de Poe está más que superado, en cuanto al efecto que produce, por cientos de libros que presentan descripciones mucho más aterradoras. Es inevitable, sucede como con el cine, con el tiempo nos vamos haciendo más insensibles al estímulo y el efecto inicial se diluye. Pero siempre he defendido que hay que perder el miedo a los clásicos, precisamente porque permanecen ajenos a ese crescendo de efectos especiales que nuestros sentidos parecen demandar. En ellos se mantiene la esencia original y es cierto que, cuando uno lee un libro de Poe, o de Dickens, o de Kipling… el sabor que te dejan, la calidad de su prosa y de la historia que han construido, despeja cualquier duda acerca de su condición de clásicos a pesar del paso del tiempo. 
Además, la figura de Edgar Allan Poe, me parece sumamente atractiva, uno de esos autores que, tras su muerte, se ven envueltos en una falsa mitología construida interesadamente. A Poe se le atribuyó una excesiva relación con las drogas y el alcohol, un espíritu atormentado, que lo convirtió en una figura casi “maldita” que no se corresponde con la realidad. Un caso parecido al de Lewis Carroll, del que ya hablé aquí. Paradójicamente, de no haber sido por este aura que rodeaba su figura, tal vez Charles Baudelaire nunca se hubiera sentido atraído por su obra, y no le hubiera hecho tan conocido en Europa.

Como suele decirse, no están todos los que son, pero sí son todos los que están. Se trata de una recopilación de cuentos, algunos de los más famosos de Poe, aunque es cierto que quedan fuera otras de sus grandes obras, como Ligeia, El Enterramiento Prematuro, El Demonio de lo Perverso, o el archiconocido El Cuervo (que no es un cuento, sino un poema), por poner algunos ejemplos. Aunque hay que especificar que Poe escribió cuentos, no sólo de terror, sino de varios géneros, y en este volumen se ha hecho una selección de los títulos más representativos del género de terror, gótico o macabro.

Los títulos aquí comprendidos son: El Gato Negro, El Caso de Mr. Valdemar, El Barril de Amontillado, La Máscara de la Muerte Roja, Hop-Frog, El Pozo y el Péndulo, El Corazón Delator y La Caída de la Casa Usher. En ellos, lo que más impresiona al lector es la atmósfera que Poe es capaz de crear, con una maestría única, en mi opinión, muchas veces imitada pero nunca superada. Poe logra asfixiar al lector dentro del sufrimiento mental de sus personajes. Un ejemplo magnífico de ello es el cuento El Pozo y el Péndulo, donde Poe transmite toda la angustia que siente el prisionero protagonista con cada bajada del péndulo que lo amenaza. Él, atado, nada puede hacer, y el desasosiego del lector crece en cada línea. Casi llega uno a desear que descienda de una vez y acabe ya con el sufrimiento. Otro buen ejemplo lo encontramos en el que es, en mi opinión, su mejor cuento, La Caída de la Casa Usher. El desarrollo de la trama, no exenta de momentos entrañables en la relación entre el protagonista y Roderick Usher, siempre envuelta en el misterio, hace que deseemos llegar al final, porque uno no es capaz de vislumbrar cuál será el remate de Poe a la historia, lo cual es una constante en toda su obra. Y es algo tremendamente difícil de lograr en un relato corto, sólo al alcance de un verdadero genio.
Aunque se trata de cuentos macabros, no están exentos de cierta dosis de humor, como en El Barril de Amontillado, o la tierna relación que se bosqueja entre los protagonistas de Hop-Frog sin apenas aludirla. 

Como decíamos al comenzar esta reseña, el libro incluye además algunos textos auxiliares, muy útiles para comprender el contexto y motivaciones de Poe para escribir sus cuentos, o para entender el significado de los mismos. Y también algunos ejercicios finales de análisis y comprensión del texto, dado el especial cuidado que Vicens Vives pone en el aspecto educativo. No quiero terminar este apartado sin hacer especial mención de las preciosas ilustraciones de Jesús Gabán, que acompañan a cada uno de los capítulos.



¿Cómo no leer a Poe? Sin duda, hay que conocer su obra, hay que leer a los clásicos. Parecen un rollo y todos tenemos esa impresión cuando nos iniciamos en la literatura. Los clásicos son un tostón y eran señores muy rancios que escribían cientos de páginas en letra muy pequeñita sólo para fastidiar a las personas del futuro. Pero para nada es cierto, los escritores clásicos no eran los únicos escritores de su época. Son considerados clásicos sobre todo porque supusieron una revolución en la forma de ver el mundo y contarlo a los demás, y eso es mucho decir en cualquier época. En ellos reside la esencia de lo que hoy nos gusta, de la cultura popular que nos rodea. Las influencias de la historia de El Cuervo, o El Corazón Delator en la cultura de nuestros días, son innumerables, y no sólo en la literatura; otros fenómenos de masas como Los Simpson, o el cine de Tim Burton, beben de la herencia de Poe. Los llamados clásicos, son el origen de muchos de los iconos de la actualidad, más de los que creemos, y es necesario conocerlos para entender cómo funciona y cómo piensa nuestra sociedad. Eso sí, luego cada uno tiene sus preferencias, y no es necesario "apretarse" la Ilíada, la Odisea y la Eneida sólo para poder contarlo.

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