Hola, queridos reyes y reinas. Decidme una cosa: ¿A vosotros también os gustan los vampiros? Somos muchos los que nos sentimos atraídos por esta figura gótica que lleva ya muchos años en nuestro imaginario. En la actualidad, el mito vampírico se sigue reproduciendo como alma que lleva el diablo (nunca mejor dicho) y centenares de libros pretenden recrearlo en sus historias. ¿Lo consiguen todos? Lógicamente, no. Es por ello que, cuando un escritor tan joven como Jorge Cienfuegos se atreve a escribir sobre ello y una editorial tan molona como Escarlata Ediciones (aquí) apuesta por él, hay que prestarle atención.


¿Por qué decidí leer Monstruos? Este libro forma parte de una lectura conjunta organizada desde el club (aquí). Es la segunda vez que leemos sobre vampiros y la mayoría de miembros somos bastantes receptivos a ellos, así que es pura vocación.

¿Cómo es la lectura de Monstruos? Dicen que las comparaciones son odiosas, pero también lo son las definiciones. Este libro se nos presenta como una lectura intimista y de influencia gótica, pero bien podríamos haber prescindido de lo último. Para mí con el apelativo 'vampírico', hubiese sido más suficiente. Analicemos, pues, de qué se trata.

Jorge nos sitúa en un enclave denominado 'la isla' que por su descripción podemos localizarla en el norte de Europa, cerca de países como Noruega. En ningún momento se le da un emplazamiento real. Esta isla es la capital de los vampiros, por decirlo de alguna manera, y aquellos que se fueron de ella, son ahora llamados a regresar. ¿Cuál es la razón de esta llamada? La trama girará entorno a esto.

Toda la narración de Jorge mantiene un toque melancólico que se gana, de lejos, la etiqueta 'intimista'. Ahonda en cuestiones existenciales y otorga mucha fuerza, dentro de la historia, a un suceso dramático acontecido a la hermana de nuestra protagonista. Personalmente, se excede demasiado en rememorar y resaltar continuamente este acontecimiento pero, a la vez, permite impregnar todo el texto de ese aire derrotista que se pretende con la novela. Las ambientaciones apuntan a la novela gótica sin ningún pudor, sin embargo, el hecho de que el autor haya elegido la época actual para desarrollar la trama, frenan en seco esta pretensión. Soy consciente de que mantener un tono gótico en la época actual es muy complicado. En algunas ocasiones, Jorge ha conseguido una atmósfera inquietante, con sabor a pasado, pero se corta en seco cuando se nombra Internet o a cualquier utensilio tecnológico

Debo reconocer que la lectura de este libro me ha dejado un tanto fría. El autor tiene las armas, conoce su objetivo, pero por el camino ha dado algún que otro traspiés que han desmerecido el texto. El vampiro que ha elegido Jorge es una figura clásica a la que aplaudo. Un ser sin escrúpulos, que llora sangre, que teme a la luz del sol y tiende a la soledad. Sin embargo, los diálogos que ha puesto en boca de ellos rebajan mucho el aura de inmortalidad, temeridad y clasicismo que requeriría su apuesta literaria. Personalmente, han perdido credibilidad por sus conversaciones, en ocasiones infantiles (como si fuesen adolescentes lanzándose pullas) y, por momentos, demasiado humorísticas. Por poneros un ejemplo de esto último, el rey de los vampiros no causa ningún estremecimiento por su discurso distendido y jocoso desde el minuto uno. Después, cuando ciertas partes de la historia requerían temer a este personaje, resulta complicado tomarlo en serio. 

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En cuanto a la trama, la protagonista que se encarga de llevar el hilo conductor demuestra cierta inmadurez (en cuanto a personalidad y también, en la construcción literaria del personaje) y se pasa toda la obra entre la espada y la pared. Como dije al principio, los vampiros son llamados a la isla por alguna razón y cuando esta se sabe, empiezan las conspiraciones. Me ha dado también la sensación de que las conspiraciones se mezclan entre sí, vuelven sobre ellas, se descartan a veces, y otras se hieren a sí mismas (*broma Pokemon*). No me ha quedado muy claro tampoco este telar de ideas. Al final, hay un giro que será del gusto de muchos, pero yo me lo vi venir desde el principio, por lo que no me sorprendió.

Esta reseña es muy negruzca, lo sé. En general, la historia no me ha convencido, pero no quiero irme sin resaltar aspectos también positivos. 

La forma de narrar del autor es muy sentimental. Me gustaría que siguiese desarrollando esta faceta, y que no tuviese miedo de meter la cabeza de lleno en el género gótico. Apunta maneras. Las escenas más duras (sangrientas, visuales y desagradables) han sido otro de los puntos fuertes. La aprensión a veces se causa a través de estos golpes de pluma sin aviso. Lo malo es que han quedado eclipsadas por otras muchas que no tienen nada que ver con este tono. En el futuro, no me importaría si Jorge se pone más tremendo. Tiene estilo para ello. Por último, Jorge deja entrever sus conocimientos de épocas pasadas, haciendo guiños a personajes como Cleopatra. Pero (¡malditos peros!) esto también se ha vuelto en su contra. Ciertas figuras es mejor dejarlas descansar en sus tumbas. 

Animo (y prometo que no tengo un trastorno bipolar) a que leáis este libro. ¿Por qué? En el club de lectura muchas opiniones han sido tremendamente positivas. Por otro lado, los vampiros retoman el aura clásica que tanto echamos de menos los amantes de este tipo de literatura y, además, nunca antes me había topado con esta isla (aparentemente localizada "en ningún sitio") que parece ser el centro de mando de todos los vampiros del mundo. Es una idea digna de seguir desarrollando. Apoyemos, pues, a Jorge en sus futuros flirteos literarios.

¿Volveré a leer a Jorge Cienfuegos? Por supuesto que sí. Hay libros que no congenian bien con ciertos lectores, pero no deja de ser una opinión más dentro de todo un espectro de puntos de vista. Espero que lejos de desanimar al autor, éste pueda sacar algún provecho de mi participación en la lectura conjunta y volvamos a vernos dentro de poco.